domingo, 3 de febrero de 2013

Asesinan a sacerdote en Ocaña



En la cuesta del Martinete de Ocaña fue asesinado un sacerdote que pasaba vacaciones en la casa de sus padres. (Foto Javier Sarabia/La Opinión)

Un sacerdote fue asesinado a bala ayer en la puerta de su casa, ubicada en la cuesta del Martinete, a pocas cuadras del centro de Ocaña.
El presbítero Luis Alfredo Suárez Salazar, de 50 años, disfrutó de sus vacaciones durante 15 días al lado de sus padres y el lunes se disponía a regresar a la Diócesis de Villavicencio.
El teniente Gustavo Andrés Orrego Correa, comandante de la estación de Policía de Ocaña, informó que cometido el hecho de sangre los agresores huyeron en una motocicleta Suzuki GN, negra, sin placa.
Según se conoció, el sacerdote acababa de regresar del Santuario del Agua de la Virgen y se puso una camiseta para ayudar a su hermana en un trasteo, subiendo las cosas a un camión de acarreos, cuando ocurrió el ataque.
A las 4:00 de la tarde tenía prevista la celebración de una misa en la capilla de la Torcoroma, en donde iba a anunciar su regreso a la parroquia María de los Santos Ángeles de Villavicencio.
En el hecho resultó herido el conductor del vehículo identificado como Hernán Torres Ramos, quien recibió un impacto con arma de fuego en el abdomen. El chofer fue trasladado al hospital regional Emiro Quintero Cañizares, donde se recupera bajo pronóstico reservado.
Los familiares afirmaron que el padre, natural de San Calixto, no tenía amenazas y al contrario se caracterizó por ser una persona humanitaria y solidaria. Según dijeron, la preocupación era regresar a Villavicencio para continuar con los programas sociales que adelantaba en esa Diócesis.
Su padre Fidel Ángel Suárez trabaja en la comercialización de vehículos y su madre Gladis Salazar es ama de casa.
“Como van a matar a una persona inocente”, exclamaba en medio del llanto la madre.
La hermana Ildaliria Suárez, quien permaneció en el andén de su casa observando el cadáver, no se explica qué pudo ocurrir.
Luis Alfredo era egresado del colegio de educación Media Fátima en 1978 y durante muchos años perteneció a la Legión de María en Ocaña. Luego se trasladó a Villavicencio y se ordenó como sacerdote en 1997.
¿Una equivocación?
Los allegados piensan que se trató de una equivocación, ya que el sacerdote gozaba del aprecio y admiración de las distintas comunidades.
El coronel Eliécer Camacho Jiménez, comandante del departamento de Policía de Norte de Santander, ofreció una recompensa de hasta $20 millones por información que conduzca al paradero de los asesinos. 
“Parece que el padre estaba con alguien cercano y cuando hacen el atentado se atraviesa y desafortunadamente recibe dos tiros”, señaló el oficial.

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