Atendiendo el llamado de los vecinos del barrio Juan XXIII, la Policía de Infancia y adolescencia ingresó a una casa para rescatar a dos niños de 9 y 2 años y a un bebé de 8 meses de nacido que habían sido dejados encerrados por su propia madre.
Cuando las autoridades llegaron al inmueble escucharon llantos desesperados y tuvieron que ingresar por una ventana para rescatarlos.
El subintendente Israel Martínez Parra, coordinador de la Policía de Infancia y Adolescencia, informó que los tres niños fueron puestos a disposición del Bienestar Familiar, entidad que deberá evaluar el caso para saber a quién se asigna la patria potestad.
“Los vecinos reportaron que estos hechos son frecuentes y que el caso más reciente ocurrió el domingo, cuando los niños fueron dejados solos desde por la mañana y al llegar la noche empezaron a llorar desesperadamente”, dijo Martínez Parra.
Al ingresar a la casa, la niña de 9 años le estaba dando tetero con un contenido espeso al bebé de 8 meses y dijo que ella misma lo preparó.
“También se tiene evidencia que los menores no habían recibido almuerzo y comida, porque la mamá salió antes del mediodía y al momento del rescate no se sabía de su paradero”, señaló.
De acuerdo con el uniformado las dos puertas de acceso a la casa estaban con candados y el niño más pequeño era manipulado como un muñeco por su hermana.
Según Martínez Parra el Código de Infancia y Adolescencia indica en el artículo 15 que los derechos de los niños prevalece sobre los demás.
“Esto significa que al encontrarse en una situación grave se hizo necesario ponerlos a disposición del Bienestar Familiar”.
La Policía no quiso suministrar el nombre de la madre, razón que impidió conocer su versión de los hechos.
En Pamplona mensualmente se reportan entre cuatro y seis casos de maltrato a niños y adolescentes, quienes son castigados con correa u otros objetos por sus padres o familiares, informó Martínez Parra.
Explicó que recientemente un niño fue sometido a una paliza por parte de un familiar, dejándole las marcas de la hebilla de la correa de cuero en la espalda.
Roberto Ospino.
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