En la vía Cúcuta-Pamplona, campesinos residentes de las zonas rurales de los municipios de Chinácota y Bochalema, motivados por las constantes campañas realizadas por la Policía Nacional, se acercaron junto con sus armas de fuego a las patrullas de los cuadrantes viales y de manera voluntaria entregaron 20 armas de fuego entre las que se encuentran revólveres y escopetas.
De igual forma en el corregimiento de La Laguna del municipio de Mutiscua, una campesina de 50 años de edad entregó voluntariamente una granada de fragmentación y otra de 40 milímetros las cuales guardaba encima de la nevera en la cocina de su casa.
Esta iniciativa le da continuidad a las acciones de desarme realizadas en todos los municipios de Norte de Santander y en los principales corredores viales, en las que las unidades policiales han cambiado más de 350 armas de fuego por mercados, las cuales se pusieron a disposición del Comando del Departamento de Policía Norte de Santander también se han incautado 160 por el delito de porte ilegal y 55 en aplicación del decreto 2535 de 1993.
Esta ambiciosa estrategia tiene como fin primordial buscar un espacio de aprendizaje y diálogo con los habitantes del Departamento Norte de Santander para reflexionar, analizar y cuestionar las experiencias asociadas a la presencia de las armas de fuego en los hogares y los riesgos que implica poseer una.
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