jueves, 27 de febrero de 2014

A los 118 años murió la mujer más vieja de Pamplona




El primero de octubre de 1896, en la vereda Morguá de Bochalema, nació una campesina que fue bautizada con el nombre de Tulia Vargas y considerada, hasta ayer, una de las mujeres más viejas del mundo. Tiempo después de nacida, la llevaron a vivir a Labateca.
Falleció a los 118 años en Pamplona. Sus familiares cuentan que la abuela murió de manera natural, en una mañana fría y cargada de misterio.
Los últimos ocho años los vivió cómodamente en una vivienda que les regalaron los nietos en el barrio Cristo Rey de Pamplona.
Desde muy joven aprendió los oficios que deben hacerse en una casa y la vida la obligó a trabajar para ganarse el sustento de cada día.
Tulia era madre de tres hijos, a los que sacó adelante sola porque el esposo la abandonó y no le brindó ayuda.
Fue una vida complicada. Sin embargo, de un siglo para acá, las cosas fueron cambiando y el panorama fue de felicidad.
Sus parientes recuerdan que hace 60 años una tragedia la tocó.
Una oscura noche en la vereda, cuando alistaba una lámpara o mechón, confundió la gasolina con el kerosene y sufrió quemaduras en más del 95 por ciento del cuerpo.
Este hecho casi le cuesta la vida. Fue traslada al hospital de Pamplona en donde permaneció internada más de un año. Sin embargo, su deseo de superación y las ganas de vivir la hicieron recuperarse.
A doña Tulia la quería todo el mundo. Era una persona que a pesar de su edad avanzada, siempre estuvo lúcida y mantenía encendida la llama de la unión familiar.
En los últimos 55 años nunca la vieron quejarse o sufrir de estados gripales. 
“Era una anciana muy sana y fuerte”, la describió uno de sus nueve nietos.
Rosa Delia Vargas, de 75 años, única hija que vive y quien siempre estuvo al lado de ella, con el corazón sumido en el más profundo dolor, recordó muchos pasajes de la vida de su mamá.
Dijo que en el campo a pesar de las limitaciones económicas del pasado, fueron muy felices.
Consumían alimentos naturales, lo que quizás les ayudó para vivir largos años.
“Ella era alentada. Últimamente fue decayendo, hasta que murió tranquila”, manifestó.
Carmen Vera Vargas, sobrina de la fallecida, guarda de Tulia los gestos de nobleza, el cariño y la especialidad con que la trataba a ella y a sus primos.
Las exequias se cumplieron ayer en la tarde en el cementerio del Humilladero. 
Parientes, vecinos y amigos acompañaron la carroza fúnebre y manifestaron que la anciana deja una enseñanza de vida para muchos de los jóvenes de la actualidad, que viven en medio de la pereza y sin esperanzas.
Tulia, sin lugar a dudas, era una de las mujeres más viejas de Colombia y resto del mundo. El secreto, según sus parientes, fue la alegría con la que afrontó su vida, especialmente en la juventud.
En junio de 2013, había fallecido la que hasta ese momento era la mujer más vieja del mundo, la china de 127 años Luo Meizhen, cuyo nombre estaba inscrito en el libro de los récords Guiness.
ROBERTO OSPINO TORRES

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