La sucesión de elecciones regionales, municipales y nacionales ha aumentado la cantidad de candidatos que comunican sus promesas permitiendo concentrar y poner casi simultáneamente en la vitrina un enorme abanico de promesas de todo orden que los analistas intentan sistematizar, a la par que los electores intentan asimilar; por supuesto, cada uno a su manera.
Y es que las promesas son un conjunto de palabras escogidas por los candidatos para generar empatía y ganar votos, con escasa vinculación con los planes de gobierno y con su realización en la eventualidad de un triunfo electoral.
¿Qué hay que decir para recibir un aplauso o un voto?
Eso se hace visible cuando uno escucha a los candidatos hablar sobre temas de coyuntura o respondiendo a una pregunta filuda de un entrevistador (sobre asuntos que no aparecen en sus planes de gobierno). El candidato contesta lo primero que se le ocurre y eso luego es traducido, interpretado o argumentado por sus voceros. Se hace visible también cuando se escucha a los voceros de los planes de gobierno en foros y entrevistas, improvisando sus pareceres, haciendo creer que eso se ha discutido y acordado en el equipo técnico, pero que éste ni conoce (y mucho menos el propio candidato). Aun en la hipótesis de que hubiera una excelente articulación entre el plan de gobierno y las promesas electorales, la realidad que encontrará el político electo en cuanto a la disponibilidad de la caja fiscal y la necesidad de armar alianzas para el control de la mayoría en el Congreso o Cámara, lo obligará a modelar las propuestas al gusto de los otros actores.
Las visitas de cada 4 años a Pamplona
Es común ver por estos días en nuestra ciudad a algunos prestigiosos políticos de la nación acompañados de algunos de los padres de nuestra patria chica haciendo recorridos por la calles, plazas y barrios de Pamplona, saludando a cuanta persona humilde y sencilla aparece por el camino, alzando niños pobres que seguramente durante el día han tenido una sola comida y que muy probablemente a lado de sus padres se habrán ido a la cama con hambre porque la situación actual del país no ofrece oportunidades dignas de trabajo que permitan a las familias de escasos recursos ganar un sueldo justo para su sustento.
Las frases que trascienden cada 4 años:
1“Queremos que nuestra ciudad sea tenida en cuenta por el gobierno nacional”
2“Lucharemos porque las familias pamplonesas tengan una mejor calidad de vida”
3“Nuestros campesinos merecen mejores oportunidades y ser sacados del abandono que viven”
4“Nuestros jóvenes y niños merecen una educación de mejor calidad y de forma gratuita”
5 “Yo nací en Pamplona, o mis padres y abuelos son o fueron pamploneses”
5“Trabajaremos por mejorar el servicio de salud prestado por los centros asistenciales del municipio”
Seguramente frases como las anteriores y muchas más las hemos escuchado y las seguiremos escuchando cada periodo electoral. Pero sería interesante reflexionar al respecto y evaluar que tan ciertas y cumplidas han sido las promesas de los políticos que buscan la manera de comprar conciencias pagando votos a 10, 20 o 50 mil pesos con tal de llegar a alcanzar las tan anheladas curules.
Que oportuno es el momento para recordar las cosas justas de nuestro país y nuestros gobiernos.
Personas como usted o como yo que de alguna manera podemos ejercer una actividad laboral de manera honrada durante 8 horas diarias, 7 o en algunos casos 8 días a la semana alcanzamos a devengar un sueldo mínimo de $ 616.000 con los cuales debemos pagar la educación de nuestros hijos, servicios públicos básicos (luz y agua) servicio de salud y alimentación, deberíamos recordar que el poder no es de los políticos de turno , el poder es de nosotros, los ciudadanos de a pie que cada 4 años asistimos a las urnas de votación para darles el puesto los honorables senadores y representantes quienes después de estar en los cargos, mensualmente devengan un salario de aproximadamente $ 30 millones más otros beneficios.
Por eso queremos invitarle a valorar su voto a que se concientice que el poder está en su manos, NO LO VENDA POR 50 MIL PESOS, POR UN MERCADO O POR UNA PACA DE CEMENTO, nuestro futuro depende de una elección a conciencia.
(Si ud está de acuerdo con este articulo compartalo)
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