sábado, 13 de octubre de 2012

Río Pamplonita amenaza a 300 familias



En las veredas El Encanto, Bajo Guaramito, Campo Alegre y Nueva Frontera, del corregimiento de Agua Clara, 300 familias se acuestan todos los días con el Credo en la boca, cruzando los dedos para que el río Pamplonita no invada sus predios y arrase con lo poco que han logrado construir a lo largo de los años.
Sus súplicas, que se han vuelto insistentes en los últimos días ante la inminencia de una nueva temporada de lluvias, parecen no estar siendo escuchadas, pues cada día que pasa el río amenaza más y más con sobrepasar los 30 centímetros que le faltan para alcanzar la planicie y llegar hasta sus hogares. 
“Estamos a merced de que el invierno que se avecina acabe con lo poco que tenemos”, sostuvo Juan Bautista Machado, presidente de la Junta de Acción Comunal de la vereda El Encanto, que es la que está más próxima al río. 
Según Machado, en diciembre del año pasado las lluvias que se presentaron en la región, las más fuertes de los últimos años, lograron cambiar el curso del río, que invadió varios predios, acabó con la cosecha de arroz en decenas de hectáreas, tumbó dos casas y los dejó a merced de la furia de sus aguas. 
“Desde el pasado diciembre el río desvió su curso en algo más de 500 metros, chocando contra un muro natural que ha logrado resistir su embestida todo este año. Sin embargo, ante la crecida de sus aguas en los últimos días, y las lluvias que ya empezaron a arreciar, estamos muy cerca de que el río se meta hasta nuestras casas”, comentó con profundo pesar José Damián Torres, otro de los habitantes del sector.
La solución que por el momento visualizan en la zona es el dragado del río y la corrección de su cauce a lo largo de un trayecto de más de 300 metros.
“El problema es que para que esto suceda, se deben comprar los predios de unas familias de la zona, que ante el cambio de curso del río, ganaron unas hectáreas, pues en las escrituras sus linderos son este afluente”, manifestó Machado. 
Por su parte, Machado indicó que las familias que resultaron beneficiadas con el cambio del cauce del río le han dicho que no se oponen a que este sea intervenido, con tal de que se les reconozca algún valor por sus predios. 
“Ahí sí le toca es al municipio entrar a negociar directamente con ellos para que después Corponor empiece con el dragado del Pamplonita y nos salve de esta tragedia anunciada”, finalizó diciendo Torres. 
Hasta tanto la administración municipal no se apersone de esta situación, las 300 familias de estas 4 veredas seguirán rogando al cielo para que el Pamplonita, otrora fuente de vida para sus cultivos, no invada sus predios y se convierta en causa de muerte y desolación para todos ellos.
Por la Opinión

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