sábado, 9 de febrero de 2013

El padre García Herreros, un cucuteño camino a la beatificación


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El padre Rafael García Herreros nació en Cúcuta el 9 de enero de 1909. Sus padres fueron el general Julio César García Herreros Orbegozo y María Unda Pérez. 
Hizo sus primeros estudios en el colegio de las Hermanas de la Presentación, de donde pasó al colegio Provincial. Así transcurrieron los primeros 14 años de su vida en Cúcuta. 
El 3 de febrero de 1923 fue presentado por su padre en el Seminario Conciliar de Pamplona. En noviembre de 1927 terminó sus estudios en el Seminario Menor. 
El 25 de enero de 1928 recibió una carta del eudista Luis Pérez Hernández, invitándolo a que ingresara a la comunidad. Desde esa época inició estudios en filosofía, latín, griego, inglés, ciencias, historia, eclesiástica y exégesis de la Biblia. Desde febrero de 1931 hasta 1943 adelantó estudios de teología, dogma, moral, hermenéutica, derecho canónico, hebreo, arte, liturgia, ascética y pedagogía. 
Se incorporó a la comunidad Eudista el 7 de febrero de 1932. Recibió las dos últimas órdenes menores el 23 de septiembre de 1933. En noviembre del mismo año se le concedió el subdiaconado, y en marzo de 1934 la ordenación diaconal. El 19 de agosto de 1934, en la iglesia de Nuestra Señora de las Angustias, en Bogotá, recibió la ordenación sacerdotal de manos del entonces Nuncio Apostólico, monseñor Paolo Giobbe.
Los primeros diez años de sacerdocio los dedicó a la formación de sacerdotes, en los seminarios de Santa Rosa y Jericó (Antioquia), Mérida (Venezuela), Cartagena, Pamplona (Norte de Santander), San José de Miranda (Santander) y Cali, en las cátedras de filosofía, latín y griego. 
El 10 de octubre de 1950 se trasladó a la casa general de los Eudistas en Roma, al ser admitido como estudiante de filosofía en la Universidad Gregoriana. 
En 1946 empezó a emitir sus mensajes por la radio. En la emisora Radio Fuentes de Cartagena inició el programa de la Hora Católica que se mantuvo durante 4 años. Tenía espacios para música, oración y enseñanza. En enero de 1952 trasladó el programa a Cali; luego en septiembre de 1954 a Medellín y en diciembre del mismo año a Bogotá
En enero de 1955 apareció el programa Minuto de Dios en televisión, emitido por la Cadena Uno. Esos comienzos orientaron muchas acciones del Minuto de Dios y permitieron la difusión de inquietudes sociales y cristianas a través de los medios de comunicación. 
En 1957 abrió una escuela en el barrio el Minuto de Dios, que fue la semilla del colegio, que años atrás educó en guardería, preescolar, primaria y bachillerato. En Cúcuta puso la primera piedra para la creación del colegio Minuto de Dios.
El padre Rafael García Herreros fue un sacerdote eudista movido por el amor a Dios y a los hombres. Se comprometió en su anhelo por lograr la promoción integral de los menos favorecidos. Sus esfuerzos los encausó hacia la construcción de vivienda, la creación de barrios, la fundación de escuelas, colegios y universidades, la promoción de comunidades cristianas, la generación de fuentes de trabajo, la atención a desastres naturales, la difusión del evangelio y la promoción social por los distintos medios de comunicación.
A lo largo de cuatro décadas, orientó sus acciones hacia los grupos más vulnerables, para brindarles orientación y servicio.
En noviembre de 1961 organizó el Banquete del Millón en donde comprometió a gobernantes, reinas de belleza, políticos, personalidades nacionales.
Además de los barrios El Minuto de Dios extendió sus acciones al Instituto de Desarrollo de las Comunicaciones (Indec), a la Corporación Minuto de Dios, la programadora de televisión Lumen 2000, la editorial, el centro carismático Minuto de Dios, la Corporación Universitaria Minuto de Dios, la Corporación Ejecutiva Minuto de Dios, emisoras Minuto de Dios, la Fundación de Asesoría Rurales, la Corporación Industrial Confecciones Minuto de Dios.
Vivió un corto tiempo con los indios motilones del Catatumbo en Caño Brandy, a quienes evangelizó y enseñó mejores formas de vida.
Falleció el 24 de noviembre de 1992, mientras se celebraba el Banquete del Millón en el Salón Rojo del Hotel Tequendama. El ‘Tele’ Padre, como se le conocía, frecuentaba a Cúcuta, y en su tierra natal también dejó huellas con sus programas.
¿Qué es la beatificación?
La beatificación es una declaración hecha por el Papa de que un siervo de Dios vivió una vida de santidad, en grado de heroico. Es una sentencia no definitiva, que tiende a la canonización y que permite que se le tribute culto público de veneración con ciertas limitaciones. La veneración universal está reservada para los santos canonizados. 
El proceso es largo antes de la beatificación. Primero se examina por años la vida, virtudes, escritos y reputación de santidad del siervo de Dios que está en consideración. Generalmente esa investigación es conducida por el obispo del lugar donde vivió o murió. Las personas beatificadas se llaman beatos.
La canonización es el acto pontificio por el que el Santo Padre declara que un fiel ha alcanzado la santidad. Ese proceso está regido por una norma específica. Se autoriza al pueblo cristiano la veneración del nuevo santo de acuerdo con las normas litúrgicas. 
Para llegar a la canonización de un fiel se siguen varios procesos ante diversos tribunales -muchas veces en países distintos- e intervienen diversos organismos de la Santa Sede. Con el paso de los años, hasta llegar a la declaración de canonización, pueden haber intervenido decenas de jueces y oficiales especializados de la Santa Sede que examinan con detalle todos y cada uno de los pasos que se han dado.
Las etapas de santidad
Primera: el candidato es declarado “Siervo de Dios”.
Segunda: es declarado “venerable”.
Tercera: beatificación. El individuo es declarado “beato” (requiere un milagro atribuido al candidato).
Cuarta: canonizado como Santo para veneración de la Iglesia (requiere milagros adicionales confirmados).

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