domingo, 12 de agosto de 2012

A la cárcel de Cúcuta no le cabe un preso más


En estas condiciones duermen los 1.221 presos que actualmente constituyen el sobrecupo de la cárcel. (Foto Especial para La Opinión)
Acostados en el piso, los baños y las escaleras, duermen 1.221 presos de la cárcel de Cúcuta. 
Con una capacidad para 2.134 personas, este centro de reclusión registró, el pasado 2 de agosto, un total de 3.355 reclusos, que tienen a este lugar al borde del colapso.
Estos 1.221 presos de más que actualmente hay en la cárcel de Cúcuta, hacen parte de los 35 mil internos que tienen rebosadas las cárceles colombianas. Y es que el tema del sobrecupo carcelario es tan crítico, que la misma ministra de Justicia, Ruth Stella Correa, ha dicho que el hacinamiento en las cárceles del país llegó a un sorprendente 47%. 
Los 142 establecimientos carcelarios que hay en Colombia tienen una capacidad para 75.676 reclusos, lo que significa que están desbordados por más de 110.000 internos que hoy permanecen detenidos en el país. 
Si se tiene en cuenta que, en una ciudad como Cúcuta, según cifras entregadas por el coronel Álvaro Pico Malaver, comandante de la Policía Metropolitana (Mecuc), se capturan a diario 17 personas, no es de extrañar que los detenidos de esta ciudad terminen durmiendo en los despachos judiciales o en las patrullas mientras les encuentran una celda. 
“Hasta el 7 de agosto llevábamos 3.738 personas capturadas este año, dentro de las cuales hay cerca de 200 homicidas”, indicó el oficial.
Así las cosas, sin haberse terminado el 2012, las detenciones en la ciudad ya sobrepasaron la capacidad del único centro de reclusión que existe. Y la cifra de detenidos sigue en aumento. 
No hay celda para tanta gente
El dragoneante del Inpec, Gerson Méndez, quien además es el secretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT), denunció que los 380 guardianes encargados de la vigilancia de los internos de la cárcel de Cúcuta no alcanzan para custodiar la totalidad de la población carcelaria que actualmente permanece recluida en ese lugar.
“El tema del hacinamiento es muy grave, pues la cárcel presenta un sobrecupo de 1.221 internos. En un patio con capacidad para 50 reclusos hay un promedio de 120. Tenemos presos durmiendo en el piso, en los baños y en las escaleras de acceso a los dormitorios, dificultando incluso la evacuación de todos ellos en caso de que se presente algún tipo de desastre”, sostuvo Méndez.
Según el dragoneante del Inpec, quien afirmó que en cada patio hay un solo baño para todas estas personas, el hacinamiento ha conllevado otro tipo de problemas relacionados con las visitas, pues el número de familiares que llegan a saludar a los internos se ha multiplicado. 
“Nosotros como funcionarios del Inpec vemos este tema con preocupación, pues a diario nos llegan personas detenidas que no tenemos dónde acomodar”, confesó. 
Sumado a este problema del hacinamiento, Méndez manifestó que el tema de la salud también les genera fuertes dolores de cabeza, pues Caprecom, que era la empresa que ofrecía estos servicios, terminó su contrato el pasado 16 de julio. 
“La nueva empresa que se encargó de los servicio de salud redujo el número de empleados. Pasamos de 4 a 2 enfermeras y de 4 a 2 médicos. Entre estas 4 personas tienen que atender a los 3.355 reclusos hombres y 385 internas mujeres. No tenemos medicamentos, no hay atención odontológica, no hay servicio de fisioterapia, no hay nada”, sostuvo. 
El también secretario general de la CGT denunció que en la actualidad hay 70 internos que son pacientes siquiátricos y a los cuales no se les está prestando la atención adecuada. 
“Todos los días tenemos algún evento que involucra a uno de estos pacientes, pues ellos se cortan el cuerpo y se hieren a sí mismos. Son pacientes muy difíciles de manejar a los que, además, no siempre se les ofrece la medicina que requieren, agravándose aún más su situación médica”, indicó. 
Como si todos estos problemas no fueran suficientes, Méndez manifestó que en algunas zonas de la cárcel la iluminación es muy precaria, las garitas son muy viejas y no tienen baño ni conexiones eléctricas. 
Además, denunció que aún no ha sido reparado un muro de más de 80 metros que se cayó desde el 6 de diciembre de 2011 por las fuertes lluvias que golpearon a la ciudad por esa época.
“Este hueco, que colinda con el río Pamplonita, constituye un grave riesgo para nosotros y los internos, pues por allí se nos pueden presentar fugas o el centro carcelario puede sufrir un ataque externo”, precisó. Finalmente, el dragoneante manifestó que él y sus compañeros carecen de radios de comunicación y vehículos para atender las cerca de 70 remisiones diarias que deben hacer. 
“Para este tipo de traslados solo contamos con dos buses y dos camionetas Hyundai H1 que no nos alcanzan”, aclaró. 
Pronunciamiento de la Defensoría del Pueblo
Aunada a las graves denuncias hechas por el dragoneante Gerson Méndez, la Defensoría del Pueblo regional también se pronunció en torno al problema que se vive en la cárcel de Cúcuta. 
Según esa entidad, al tema del hacinamiento que se presenta en ese centro de reclusión hay que sumarle que el 90% de los internos son representados por defensores públicos y, en el 70% de estos casos, los procesos que se llevan son por inasistencia alimentaria. Esta defensa es llevada a cabo por 35 abogados que hacen parte de la nómina de la entidad. 
Además, los internos que presentan problemas mentales están recibiendo una atención muy precaria que agrava su condición. Existe un riesgo inminente de contraer enfermedades de transmisión sexual por el mismo hacinamiento que allí se presenta y solo están habilitados 5 cubículos para atender las visitas conyugales.
También se han presentado problemas en los traslados solicitados por los reclusos. Sumado a lo anterior, se tiene que, cuando por fin se logra el cambio de ciudad para el interno, la carpeta jurídica (expediente), que reposa en los despachos de los jueces de penas, se demora en ser enviada, lo que atrasa los procesos.
Según la Defensoría del Pueblo, en la actualidad los internos no gozan de programas claros de redención de penas y permanecen ociosos la mayor parte del día. 
Para este organismo, el Gobierno debería estudiar la posibilidad de hacer una clasificación de delitos y una reestructuración del sistema carcelario que determine, de acuerdo a la grave situación que se está viviendo, qué detenidos merecen estar y cuáles no, con reclusión intramural en centro carcelario. 
Protesta de los reclusos
La Asociación de Familiares y Amigos de los Internos de la Cárcel Modelo de Cúcuta denunciaron que la situación para los presos de este centro penitenciario no da espera y es urgente que el Gobierno atienda las necesidades que padecen, sobre todo en el tema del hacinamiento y la prestación de los servicios de salud.
A través de una comunicación enviada a La Opinión, los familiares, en nombre de los detenidos, hicieron las siguientes peticiones:
Que se solucione de manera urgente la precaria atención en salud que se viene prestando al interior del penal.
Que el servicio de salud quede en manos del Estado para evitar los incumplimientos de las empresas privadas.
Que los funcionarios del Inpec no intimiden a la población reclusa cada vez que denuncien una irregularidad cometida por ellos. 
Que se respete el origen familiar y procesal de los detenidos.
En la comunicación, los reclusos también manifestaron que, de no ser escuchadas sus peticiones, estarían dispuestos a realizar cualquier tipo de movilización.

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