jueves, 25 de abril de 2013

La Fundación Margarita e Isbelia Sandoval reabrirá sus puertas en Pamplona


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La Fundación Margarita e Isbelia Sandoval reactivará su labor de recuperar a niños en estado de mendicidad y tendrá una nueva sede con el apoyo de la Arquidiócesis de Nueva Pamplona.
El inmueble se construye en un lote de la urbanización La Sagrada Familia y la obra está a cargo de Pastoral Social. Para los trabajos la Arquidiócesis destinó un presupuesto inicial de $150 millones.
Monseñor Luis Madrid Merlano, arzobispo de Nueva Pamplona, indicó que dadas las condiciones en que permanece la antigua casa que fue donada por las hermanas Sandoval para el desarrollo de las actividades de la fundación, se decidió construir una nueva sede.
También indicó que el inmueble carece de espacios para la recreación y por sus condiciones locativas, el mantenimiento genera altos costos y no se tiene ese presupuesto.
Monseñor Madrid Merlano aseguró que la nueva construcción contará con salones amplios y espacios diseñados para impartir educación con todas las comodidades.
La nueva estructura dispondrá de salones pedagógicos, de informática, baterías sanitarias, cocina y comedor escolar.
A medida que avance el proyecto se construirán nuevas áreas para la orientación sicológica y una biblioteca. 
En las tardes se albergaran niños pobres de la Ciudad Mitrada a quienes se les brindará asesoría de tareas, trabajos y se capacitarán en otras áreas.
Las obras se estima que se terminen antes del primer semestre de 2013 y se espera habilitar la sede después de julio de este año.
El presbítero, José Donelio Páez Pabón, de Pastoral Social de Pamplona, comentó que de acuerdo con las directrices de monseñor Madrid Merlano, el propósito es atender a 100 niños de Cristo Rey y zonas aledañas.
Los menores de edad que harán parte de este nuevo proyecto serán estudiantes de primaria que requieren recibir en las tardes refuerzos en tareas o acompañamiento pedagógico. Además de orientación sicológica, espiritual y de otros aspectos que ayuden a mejorar su comportamiento individual y grupal.
“Con el grupo se buscará que aprovechen al máximo el tiempo libre y que los familiares se sientan orgullosos al ver que sus hijos se están formando con valores. Nuestro interés es que se conviertan en protagonistas de una nueva sociedad”, afirmó Páez.
Los profesionales que apoyarán esta labor son, en su mayoría, estudiantes de la Universidad de Pamplona. Además de personal del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) y de otras entidades públicas y privadas del municipio.
Testimonio
Uno de los testimonios más evidentes sobre lo que ha significado la fundación para niños y adolescentes que después de estar en las calles, lograron recuperarse para la sociedad, es el caso del pamplonés Juan Carlos Cáceres.
Él, a los siete años, decidió abandonar la casa y deambular por las calles. Cansado de esa vida le aceptó la invitación al padre Pedro León Camacho y a la docente, Amparo Peñaranda, para internarse en la fundación.
Allí logró recuperarse para retomar el rumbo de su vida. Actualmente está cursando trabajo social en Iser de Pamplona y está a punto de graduarse.
Roberto Ospino T

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